Cómo limpiar ladrillos viejos
El paso del tiempo, el polvo y la polución en general, provoca que las paredes de ladrillo se acaben ensuciando y aunque lavarlos con una manguera de agua puede ser una solución, lo cierto es que para limpiar ladrillos viejos, tendremos que recurrir además a la guía de pasos que ahora te explicamos.
Si alguna vez has mojado ladrillos viejos con la intención de limpiarlos, te habrás dado cuenta como el polvo desaparece rápido, pero la suciedad, o tal vez una pintada, no sale tan fácilmente. Si los necesitas para realizar cualquier tipo de proyecto, necesitarás que estén realmente limpios así que veamos entonces qué tenemos qué hacer.
Materiales:
- Agua
- Martillo y cincel
- Piedra de frotado
Pasos para limpiar ladrillos viejos:
Puede que desees limpiar las paredes exteriores de tu casa siendo estas de ladrillo viejo, o quizás estás pensando en hacer algún tipo de proyecto o construcción con ladrillos usados, de modo que para ambos casos, debes seguir estos pasos:
- Lo primero de todo será lavar con agua los ladrillos. Ya sea que estén en una pared o que los tengas para cualquier tipo de proyecto.
- Cuando los hayas lavado y se hayan secado, procederemos a su limpieza en profundidad. En el caso de ser ladrillos sueltos que vas a usar para un proyecto, tienes que descartar aquellos que además de sucios estén rotos o tengan algún agujero.
- Con la ayuda de un martillo y un cincel de albañil, tienes que comenzar a picar todos los restos secos de cemento que tengan los ladrillos. En el caso de estar en una pared, es algo bastante sencillo, mientras que para un ladrillo suelto será mejor que vayas con cuidado al golpear no vaya a ser que lo rompas.
- A continuación, pasa un cepillo de cerdas duras para eliminar cualquier resto de polvo que haya quedado del cemento que acabas de quitar.
- El siguiente paso será utilizar una piedra de frotado que te permitirá poder quitar cualquier residuo que esté incrustrado en el ladrillo. De nuevo repetimos, si trabajas con el ladrillo suelto ten cuidado de no romperlo.
- Ya casi estamos, ahora tan solo tenemos que aplicar una pequeña solución (de un 10% o menos) de ácido clorhídrico o ácido muriático sobre los ladrillos de modo que puedas eliminar cualquier resto de suciedad y las manchas que suele dejar el mortero seco. Este ácido, que puedes encontrar en droguerías y tiendas de construcción te permitirá que el ladrillo luzca realmente limpio cuando acabes.
- Una vez se hayan secado, vuelve a pasar agua por los ladrillos (con la manguera en el caso de estar en una pared o los pasos por debajo del grifo si están sueltos), dejas secar y ¡listo! comprobarás que tus ladrillos han quedado como nuevos.
Temas:
- Bricolaje